Una cocina discreta y blanca
Hoy nos
adentramos en una vivienda en la que se fusionan espacios de forma discreta,
abierta y natural. En particular en una zona de cocinar, comer y estar que
tiene en cuenta las necesidades, facilitando el día a día de toda la familia.
Este espacio ha sido creado por Santos Brezo unificando diseño, ergonomía y
elegancia para conformar una estancia funcional, en la que no se oculta el
protagonismo de la estética.
Hay una
clara renuncia a elementos accesorios, confiándolo todo a la belleza de un
mobiliario definido por la pureza de líneas, un buen ejemplo de menos es
más. Sobre esta sencillez se asientan las bases de un ambiente armónico y
sereno, pensado para que se sucedan, o se solapen, momentos de intensa tarea
con otros de ocio y desconexión.
La ausencia
de obstáculos visuales favorece la interacción entre la familia, amigos o
invitados, que pueden compartir momentos incluso cuando no comparten una
misma zona. También propicia que la luz natural acceda hasta el último rincón
del lugar, integrada por cocina, salón y comedor.
El color
blanco domina el interiorismo y refuerza este factor, generando una atmósfera
ligera y etérea, en la que resulta muy fácil dejar a un lado las prisas y los
agobios. Aquí́ lo único importante es encontrarse a gusto, disfrutar en compañía
incluso cuando lo que se hace es trabajar. Las notas coloristas de la
madera aportan al conjunto un toque cálido y equilibrado, esencial para que el
espacio se transforme en el núcleo del hogar.
La
primera impresión que se percibe en esta cocina es la de que nada sobra.
En ello influyen los frentes lisos y depurados, en los que el tirador se
minimiza para no entorpecer la continuidad del mobiliario. Pero también la
precisa disposición de los elementos, organizados para aprovechar el espacio de
la manera más práctica posible.
Los cajoneros
y la composición de armarios columna, que se alza con solemnidad hasta el
techo, acogen en su interior electrodomésticos, utensilios y provisiones.
Conceden a cada elemento su propio lugar y, así́, conceden de armonía y
uniformidad a una estancia que se muestra siempre limpia, recogida y ordenada.
La disposición
en U responde al cuidado de Santos Brezo por la ergonomía. Con ella se
logra que los muebles faciliten las tareas y eviten los desplazamientos
innecesarios. De hecho, basta con girarse o dar un paso para desplazarse entre
las zonas de almacenaje, preparación, cocción y fregado.
Además,
esta planificación ofrece una península que puede funcionar como superficie
adicional de trabajo o como mesa auxiliar. En ella es posible sentarse a
charlar con el cocinero mientras se le ayuda a picar unas verduras, degustar un
aperitivo, dar el último toque a la presentación de un plato antes de servirlo
en el comedor. En definitiva, la península se convierte en un centro de reunión
más dentro de este espacio único y abierto, en el que todo invita a
disfrutar con calma de la vida en familia.
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