¿Qué reformas nos ayudan a ser más feliz?
Más
del 60 % de los decoradores opinan que redistribuyendo los espacios de la casa
se sentirán más a gusto y mejor. Y aunque el objetivo es bastante atractivo
–conseguir casas más funcionales y luminosas–, no todos están dispuestos a
embarcarse en obras largas y engorrosas.
Las claves para reformar y
tener un hogar más feliz:
1.
Una distribución coherente con tu forma
de vida y armoniosa con el espacio. Al tirar los tabiques y empezar de
cero, estamos ante una joya en bruto que podrás modelar a tu antojo.
Y
recuerda que, para sacarle el máximo partido y que la casa funcione como un
todo, acude a un profesional de la arquitectura y/o el interiorismo.
Al
atreverte con la reforma, sacarás el potencial real de la vivienda. ¿Por qué?
La distribución quedará perfectamente adaptada a la superficie y forma de la
planta, a la entrada de luz natural, a las orientaciones, a la posibilidad de
comunicarse con el exterior y, sí, también a disfrutar más de las ventanas.
Consejo Decorativo. Para
encontrar lógica al orden funcional, divide la casa por zonas: la abierta y
social es la de la cocina; el comedor y el estar, la intermedia, con algo más
de tranquilidad, como las áreas de estudio y trabajo; la última, la zona
privada, con los dormitorios y baños.
2.
Potenciar la entrada de luz natural.
Necesitamos luz natural para estar alegres, ganar energía, incrementar la
productividad y mejorar la concentración. Además, el sol del mediodía entrando
por la ventana da calor, lo que contribuye a mantener estable la temperatura
interior. Conseguirlo arranca con una distribución abierta, sin obstáculos para
la luz. Sigue, eligiendo colores claros y teniendo ambientes despejados. Termina,
abriendo ventanas en el techo, para iluminar sitios difíciles, escaleras,
pasillos o baños interiores.
En
cuanto a las ventanas, conviene
atender a la orientación para que no entre demasiado calor en verano.
Consejo Decorativo. Si
no quieres embarcarte en una reforma de tirar muros, pero quieres potenciar la
luminosidad (y estar más feliz en casa), abre ventanas interiores. Elimina
puertas y pásate a las ventanas de hoja limpia, sin divisiones interiores, y
opta por perfilerías de sección mínima. Y prohibido taponar las ventanas con
muebles o cortinas muy densas.
3.
Cambios sí, pero sin tirar tabiques y
sin muchos escombros. Hablando de reformas y de felicidad, sale a la luz un
dato interesante: el 28% prefiere acondicionar más que reformar.
El
objetivo, por tanto, será actuar sobre la envolvente del espacio, paredes,
suelos y techos, y luego, claro, la libertad para elegir el mobiliario que más
te apetezca, intenta que sea versátil: mesas auxiliares, sofás por módulos y
muebles con ruedas.
Por
ejemplo, para ocultar paredes de gotelé, reviste con un trasdosado de yeso
laminado, que también vendrá bien para corregir irregularidades. Sobre paredes
lisas, juega con el color como foco de la decoración.
Si
quieres conservar el piso existente, son
ideales las tarimas flotantes, los parqués laminados o los pavimentos
vinílicos. Otra alternativa, son los suelos porcelánicos: se pegan sobre el
pavimento existente.
Consejo Decorativo. Aumenta
la funcionalidad de los espacios sin tirar tabiques, con ideas que aporten
flexibilidad de uso: muebles polifuncionales, plataformas elevadas, bancas.
4.
Las tres pequeñas obras que dan
felicidad
-
Poner una isla en la cocina… y mejor
aún, si la integras por completo en una zona de día. La idea es que pueda
usarse por todos sus lados y que se convierta, claro, en el corazón más alegre
de la casa.
-
Tener más armarios. El más útil
sería un armario empotrado, de pared a pared y de suelo a techo. Para
aprovechar mejor el interior, divídelo en tres alturas: una baja de 90 cm, para
pantalones; otra superior de 1.10 m, para ropa más larga; y, por último, con lo
que sobre, una balda-maletero.
-
Baños más funcionales. Si no
quieres hacer obra y buscas un efecto impactante en el cuarto de baño, cambia
los sanitarios por modelos suspendidos con cisterna empotrada. En suelo y
pared, pega, sin retirar el revestimiento existente, tabla porcelánica de 3.5
mm de espesor. Y si te vienes arriba, hasta puedes animarte a sustituir la
bañera por un plato de ducha con mampara de cristal.
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