La transformación de una vieja casa de los años 70



La propietaria de esta casa en Pearl Beach (Nevada) estaba muy segura de lo que necesitaba para compartir las vacaciones en familia. Sabía que la estancia en un hotel podía ser maravillosa y también pasajera por lo que decidió renovar una casa en ruinas y anticuada de los años 70, en lo que hoy es su casa de vacaciones, su casa de retiro y la casa donde sus hijos y animales, tienen espacio suficiente para jugar y correr. El caso es que también se alquila en diferentes temporadas del año y te permiten llevar mascotas. Aquí un poco de la remodelación en la vivienda Beach Shack.

Si tienes la suerte de tener una segunda vivienda en la que poder pasar los fines de semanas o días vacacionales ¡felicidades! Cualquier lugar propio de desconexión, es un extra en la vida y, si es anticuado tal vez esta reforma puede servir de inspiración para hacer pequeños o grandes cambios.



Lo primero que hicieron fue despegar todo el suelo y encontraron bajo él tablones de pino de muy buen avista por lo que no tuvieron que invertir en un nuevo suelo con lo que la limpieza de la arena o tierra exterior supondría menor esfuerzo. Se lijaron y pintaron de blanco para comenzar a dar ese toque playero. También se pintaron sus paredes, los viejos armarios y los techos.

En la cocina se abrieron dos nuevas ventanas, una con vistas al exterior y otra hacia el patio. Una idea para conectar las diferentes áreas con las zonas al aire libre. Con esto se logró ganar en amplitud visual con el color blanco.

Los bancos en la barra de la cocina aseguran que haya suficientes asientos para los invitados y los niños. El tono gris de los taburetes comienza a diferenciar ciertos complementos a partir de la cocina con contrastes sutiles.



Se transformó el garaje en un estudio con su propio baño, con lo cual se da independencia a los invitados alojados en esta estancia.

En el salón predomina un estilo moderno confortable compuesto de piezas mobiliarias blancas que evocan un estilo nórdico combinado con un aire bohemio (colgantes de macramé, sillones colgantes, grandes cojines y materias naturales en asientos y sillas del comedor).
La simpleza de la iluminación es otro de sus atractivos, además, de luz natural que se filtra por los tragaluces del techo (ya existentes en la antigua casa).

Los estampados temáticos, mesas auxiliares y textiles fluidos y veraniegos, son el carnet identificativo de los dormitorios. Las alfombras visten cercanas a las camas y un detalle muy original han sido las lámparas de techo que cuelgan sobre la parte derecha de la cama (de telas y cestería).






Los textiles en color salvia y los cojines en azul marino imitan los colores del mar y sus profundidades. A su vez, la esponjosidad de la vestimenta de cama, incitan a cualquiera, a reposar sobre ellas (otra idea para darle el confort necesario a tu hogar).

La habitación infantil está cuadrada de tal forma que el ventanal queda centrado entre dos camas literas de madera blanca. Se juega con los tonos grises, negros y claro con "el azul marino. Tejidos con dibujos de anclas y algún que otro vinilo de pared son suficientes.

En sus exteriores se han dejado escalones libres a modo de asientos, donde poder ver la luna o descansar sobre cojines de flecos, algo muy común en esta propiedad, mientras tomas un vino o una cerveza, viendo a los pequeños jugar en el jardín o los perros correr, esto era lo que pretendía su propietaria y aquí vemos su resultado final.






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