Una casa de pueblo con un patio interior



Esta vivienda esconde un increíble patio interior, una casa en Sitges.

Súper oscura, depresiva, plagada de humedades y con un patio que parecía una selva, con este panorama se encontró su propietaria cuando visitó por primera vez esta casita.

La prioridad eran sus 80 m2 de patio, transformados de selva intransitable a un oasis en el que se hace una vida.

Una vez reformado el exterior se centraron en la rehabilitación de sus escasos 60 m2, ya que no se trata de una típica casa de pueblo estrecha y alargada de varias plantas, sino de una planta baja.

Esa cueva oscura y desaprovechada se convirtió en una casita llena de luz, con espacios optimizados y soluciones casi mágicas. El gran acierto y lo que le da ese encanto especial es la madera que reviste paredes y suelo, así como el cañizo que cubre el techo. Todo, en blanco. La estilista se inspiró en las casas de Los Hamptons, pero con un punto más rústico, sin perder de vista el estilo rural, con madera raw y toques vintage.















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