Papel pintado clásico con mobiliarios de otros estilos
El estilo clásico conecta
complementos y mobiliarios antiguos llenos de barroco, romanticismo y tradición. En la decoración
más actual y fuera del opuesto minimalismo, encontramos una línea que guía lo
clásico hacia las tendencias modernas, y con ello se cuela el papel pintado, mobiliarios fabricados con detalles elegantes y tejidos que
vuelven a estar de moda (terciopelo, damasco... si otra vez). Y, ¿qué ocurre
cuando queremos empapelar las paredes con papeles clásicos?
El estilo clásico no pasa inadvertido ante
nadie. El tiempo no despoja su elegancia, es un estilo lleno de pomposidad necesita
de amplios espacios donde puedan
entenderse tejidos, piezas y complementos. También debe contar con una iluminación abundante. En la actualidad
los papeles pintados admiten ser pegados en estancias más pequeñas donde será
importante prescindir de
un ambiente demasiado recargado (las casas de hoy
en día no son los palacios de siglos muy pasados).
El boom del papel pintado está lleno de
posibilidades decorativas. Con ellos se crean atmósfera de todo tipo de estilos
dadas sus sorprendentes terminaciones y variedad de colores (metalizados,
efectos, espigas, flores, etc.). La gran duda surge ante los papeles clásicos,
que siendo tan bellos hay que coordinarlos con mobiliarios de diseño contemporáneo y conjuntarlo
con el revestimiento decorativo.
Los motivos son compatibles para decorar con mobiliarios y esencias
clásicas modernas, shabby chic, vintage, rústico e industrial. Estilos más que
definidos y localizados que concuerdan con papeles pintados extremadamente
clasistas. Crear una atmósfera de estilo clásico medio, rica en lujo y
sofisticación, no causa indiferencia y es viable en nuestros días, en casas
pequeñas y paredes exclusivas de poco tamaño.
Olvida el vértigo de haber elegido un papel clásico que pueda limitar la
actuación estética. Cuando llegue la hora de colocar el mobiliario, las
tendencias mandan.
La armonía de estas imágenes crea entusiasmo en ambientes llenos de
romanticismo. Ahora, se puede vivir la historia clásica desde la personalidad
de cada hogar sin rendir cuentas a candelabros dorados, lámparas de araña o
gobelinos colgados de la pared más amplia de un salón.
Comentarios
Publicar un comentario