Casa mexicana con un divino diseño interior y el sonido del mar
Ubicada en una playa en México, esta casa de vacaciones nos
muestra como en grandes espacios se puede
prescindir de mobiliario y emplear sólo el justo y necesario. Esta
vivienda ha sido diseñada para que su propietario la pueda disfrutar en familia
o entre amigos y así lo demuestra su distribución interior.
Se
divide en espacios cómodos y otros privados que están repartidos en dos pisos.
En la planta inferior se crea un ambiente de reunión central que separa las
zonas de estar, el comedor y la zona de restauración. En el piso superior se
disponen las habitaciones, los baños y una zona privada para los niños junto
con un bunkrooms o habitaciones con literas para niños. Todo
realmente creado para dividir y separar ambientes llegado el momento.
La casa es de estilo moderno y contemporáneo e inspirada en el
diseño tradicional mexicano. Se emplean materiales naturales
como el mármol travertinos, la madera y las fibras para
algunos muebles y alfombras. Son muy interesantes los enrejados exteriores e interiores que favorecen la
sombra y difunden la luz solar elaborando naturalmente una luz difundida, estos
conectan las dos plantas y dejan al aire la zona de reunión central
comunitaria. El interior se une con el exterior de manera rectilínea y la vida
gira también entorno al espacio central. Estos ambientes se diseñaron para
facilitar una conexión íntima y cercana con el
mar.
El estudio Olson Kundig, especialistas en diseño
urbano, de interiores con producciones muy creativas realizadas en museos,
centros cívicos y culturales, diseños académicos y muchos más... es el que ha
desarrollado este proyecto generando un puente entre el interior y el entorno
natural del mar. Las bases para crear las
características de esta vivienda han sido la cultura mexicana junto con relax
decorativo para mayor bienestar. Todo esto
es un efecto positivo para una casa de retiro y de descanso. La vegetación
cobra gran importancia, no sólo se puede admirar el mar, sino que a su vez se
rodea con zonas verdes desde la entrada a esta construcción e incluso en los
baños. Y desde esta misma simulando un largo pasillo que termina con
vistas exclusivas hacia la playa.
La conexión con el exterior se
realiza por medio de puertas corredizas de cristal, que se
abren por completo a la línea marítima y la arena y que por la noche continúan
abiertas. Ante ellas se sitúa la gran piscina de mosáicos a pie de
playa y rodeada por tumbonas realizadas con fibra natural a juego con los
sillones del interior. En la planta superior hay generosas terrazas en cada
habitación y desde las que se puede disfrutar del aire fresco y del sonido de
las olas. En los baños apreciamos el revestimiento en mármol travertinos
junto con piedras locales en grafito negro que se intercalan en el suelo de las
zonas de ducha.
La piscina rectangular y da un
efecto óptico que sirve como separación o frontera visual entre el final de la
casa y la playa. También se hace hincapié en la comodidad y la facilidad de
mantenimiento del mobiliario exterior, pero sin sacrificar la sofisticación. Los objetos indígenas y los muebles de origen
regional fluyen por toda la casa y las tonalidades neutras dejan que el color de la naturaleza y
del agua hablen por sí sólas. Maravilloso entorno para una casa discreta en un
país maravilloso.
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